Superclásicos de los 90’s

Son decisiones: River usando la camiseta suplente ante Boca (1999)

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Fueron gloriosos los 90 de River. Años dorados plagados de títulos nacionales e internacionales, ídolos que volvieron en gran nivel, pibes de las inferiores que se consagraron, partidazos inolvidables, varios equipos que se transformaron en pósters, entrenadores que dejaron una huella, el Monumental lleno. Todo lo que un hincha espera de su club, menos una cosa: la superioridad en el clásico. La cuenta pendiente de esa generación.

La racha adversa del Millonario en el superclásico noventoso comenzó en 1991, cuando Boca venció 1 a 0 con un gol de Diego Latorre. A partir de ese día, elXeneize se impuso de varias maneras en el torneo local y hasta en la Supercopa. Incluso, la tendencia se repetía en los amistosos de verano, donde el conjunto de Núñez pudo ganar 1 partido sobre 10 disputados.

Recién en 1994, el River de Gallego se desquitó ganando los dos encuentros, el del Clausura y el del Apertura, ambos en la Bombonera. Parecía ser el quiebre de la historia negra, pero no.

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De los siguientes 9 partidos oficiales de la década, Boca se llevó el triunfo en 6 oportunidades. Algunas veces, de forma categórica, como el 4 a 1 con un triplete de Caniggia. ¿El Millo? Apenas si pudo festejar un heroico empate, luego de ir perdiendo 3 a 0. Era lo que había.

Por aquellos años, los jugadores de River declaraban que preferían salir campeón a ganar el clásico (no por nada, Diego Cocca diría lo mismo años más tarde) y desde la vereda de enfrente chicaneaban con la supuesta falta de huevos en el duelo más importante.

El mensaje, por supuesto, no era esquivado por todos los futbolistas riverplatenses. Tampoco por los dirigentes, que ya no sabían qué hacer para ganar el clásico y callar al rival de toda la vida.

Corría 1998, cuando comenzó a circular el rumor de que River iba a intentar cambiar la racha utilizando su camiseta alternativa. En aquel entonces, la suplente de River era roja, con algunos detalles en blanco. Sin embargo, eso nunca sucedió. Tanto en la caída 3 a 2 del Clausura, como en el 0 a 0 del Apertura, los dirigidos por Ramón Díaz usaron la tradicional casaca de la banda. Y no ganaron, obvio.

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Para fines de la década, las cosas parecían cambiar. Boca había salido campeón después de muchos años, de la mano de Carlos Bianchi. Era el momento, entonces, para que los roles se invirtieran y fuera River el que ganara los clásicos.

En enero de 1999, el Xeneize se enfrentó a River en Mar del Plata y le ganó 2 a 1, con goles de Gustavo Barros Schelotto y Basualdo. Eso fue demasiado para el público millonario, que necesitaba hacer algo de forma urgente.

La revancha recién llegaría en marzo de ese año. Partido veraniego, un tanto atrasado y en Mendoza. Fue ahí que la descabellada idea de dejar de lado la banda roja se transformó en realidad.

Esa noche, los del riojano salieron a la cancha con Burgos; Hernán Díaz, LeoRamos, Berizzo y Sorín; Marcelo Escudero, Astrada, Sergio Berti y Gallardo; Saviola y Juan Antonio Pizzi. ¿El detalle? Los 10 jugadores de campo con la camiseta tricolor. Una prenda que remitía a su viejo uniforme de la época amateur (que además ofició de alternativo en varias épocas), pero que además intentaba sacarse la mufa contra el Xeneize.

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El cambio de uniforme, sin embargo, no pudo modificar la historia. Boca terminó ganando 3 a 0, con tres tantos de Martín Palermo. El problema, evidentemente, no era la vestimenta.

Recién en octubre de ese mismo año y con la camiseta de siempre, River pudo ganar 2 a 0 en el Monumental, con goles de Aimar y Ángel. Fue una buena manera de sepultar una década excelente que sólo tuvo una mancha, la de los clásicos. Una que no sale ni cambiando la camiseta.

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